MONSIEUR ET MADAME MACRON
Las elecciones
presidenciales francesas de mayo de 2017 han sido muy seguidas por el
trascendental momento político y social que está viviendo Europa: estamos en
una época de cambios, se habla de un fin de ciclo político y el hecho de que el
FN de Marine Le Pen hubiera llegado a la segunda vuelta era un motivo más de
expectación.
Al cabo de muy pocos días
de la elección de Emmanuel Macron como presidente francés, se me ocurrió
comentar un día en clase la polémica que le rodea desde que se presentó como
candidato por el hecho de estar casado con una mujer 24 años mayor que él.
Se dice que Francia suele
ser bastante permisiva con la vida personal de sus mandatarios. Es bien sabido
de los romances que tuvieron grandes figuras presidenciales como Chirac, Giscard
d´Estaing, Mitterrand o Faure; incluso el saliente presidente, François
Hollande, que se presentó como un “hombre normal” fue pillado en moto llevando
croissants matutinos a su supuesta amante, la actriz Julie Gayet, mientras
moraba el Elíseo junto a su compañera, la periodista Valérie Trierweiler (que,
por cierto, pilló tal rebote que le dejó y escribió posteriormente un libro
vengativo).
En el caso de Macron y su
mujer, de soltera Brigitte Trogneux, ciertamente es una historia peculiar, ya
que eran alumno y maestra. Parece ser que él se enamoró de ella siendo
adolescente, aún menor de edad, y cuando sus padres le enviaron a París a
estudiar, le dejó una nota diciéndole que volvería para casarse con ella.
Brigitte estaba casada y
tenía tres hijos y, efectivamente, cuando al cabo de los años se reencontraron,
ella se divorció y contrajeron matrimonio. Dicen que madame Macron, profesora
de literatura y teatro, es una mujer culta, sensible, divertida y glamurosa. Es
guapa y viste con un punto chic juvenil y sofisticado.
Pero la oleada de críticas
misóginas y racistas en Francia ha sido terrible: la han llamado “Barbie
menopáusica”, “La abuelita de Francia” e incluso Silvio Berlusconi, ese
mandatario tan inteligente y cabal, referente intelectual, soltó una perla como
“Macron es un chico guapo que
tiene una madre muy guapa. Un chico brillante que ha tenido la suerte de
encontrar una buena madre que lo lleva de la mano”.Chapeau, ¿verdad?
Pocos días después de la elección de Macron,
comentando la actualidad francesa con mis alumnos, se me ocurrió sacar el tema:
y cuál fue mi sorpresa al ver que opinaban que no se puede entender que un
hombre ame a una mujer con dicha diferencia de edad. Me quedé boquiabierta, ya
que pensaba que la gente joven tendría otra visión de un
hombre joven en brazos de la mujer madura.
Pero no. Parece que siguen los prejuicios y que, en
cambio, se ve normal que Donald Trump tenga una mujer también 24 años más joven
que él. En este caso, Trump es un triunfador y Macron un desgraciado.
¿Cómo lo veis vosotros?